El objetivo principal de mi proyecto Parte Vista es destacar la exhibición y sexualización mayor del cuerpo femenino en comparación con el masculino. Pero a parte de esta reflexión inicial, van surgiendo otras a medida que desarrollo el proyecto, especialmente en esta última serie sobre los y las cantantes con más éxito de ventas.
En primer lugar me llamo la atención en el proceso de búsqueda que los cinco solistas masculinos que necesitaba para el proyecto ocupan, unos tras otro, los cinco primeros puesto de la lista de discos más vendidos. Para encontrar solistas femeninas hay que descender más. Esto también ocurre en la lista de los singles más vendidos en España durante el 2009.
Los análisis feministas han ido desmontando los diferentes clichés asociados a las mujeres. El binomio hombre-mujer se ha cargado históricamente de significado relacionándolo con los binomios: naturaleza-sociedad, ámbito público-ámbito privado, bueno-malo, duro-blando, racional-pasional, actividad-pasividad, etc. Apuntalando estos estereotipos podemos ver algunos elementos interesantes en las carátulas de los discos seleccionados:
Lo que más me llamo la atención fue analizar como se presentaban estos artistas, que acción llevaban acabo en la imagen que presenta su disco. En el podium de honor, puestos uno, dos y tres, nos encontramos tres artistas masculinos con sendos instrumentos musicales en las manos. Esto hace referencia a su actividad profesional y en cualquier caso hace referencia a una acción que están realizando o van a realizar. En el caso femenino, ninguna de las cinco solistas analizadas porta ningún instrumento musical ni ningún otro objeto que haga referencia a su profesión. Tampoco aparecen con ningún otro tipo de objeto que simbolice o se relacione con actividad alguna.
Sobre la postura corporal de los sujetos: También los tres primeros hombres aparecen de pie. El primero bailando, el segundo andando por el campo y el tercero simplemente de pie. Los dos siguientes están quietos: primer plano de Bisbal con gesto “pensativo”, y solo uno, el último, sentado en una cama, pero con un gesto para nada sexual ni siquiera amistoso.
Mientras, curiosamente, de las cinco mujeres solo una aparece de pie, la última (aunque también, como las demás, en actitud pasiva). Las otras cuatro están sentadas, recostadas o directamente tumbadas: Amaia Montero en la playa, Luz Casal y Rosario en dos sofás y Ainhoa Arteta contra una pared. La insinuación o incluso la incitación sexual es clara. A destacar Ainhoa Arteta, cantante de opera, que en principio es el estilo musical más serio y “respetable”, que se nos presenta aparentemente desnuda envuelta en una manta, utilizando así, como una cantante de pop comercial, su atractivo físico como reclamo.
Estos son algunos de los datos, en mi oponión interesantes, que me voy encontrando en estas series de imágenes, sin tampoco escarbar intensamente con las herramientas que nos da la teoría crítica feminista. Seguro que son muchas más las reflexiones a las que se puede llegar. En cualquier caso, me voy encontrando durante el proceso que Parte Vista, además ser un proyecto artístico, actúa en algunas ocasiones como observatorio de género, lo que hace que este satisfecha con el desarrollo del proyecto y muy motivada para continuarlo analizando otros ámbitos de la sociedad.
En primer lugar me llamo la atención en el proceso de búsqueda que los cinco solistas masculinos que necesitaba para el proyecto ocupan, unos tras otro, los cinco primeros puesto de la lista de discos más vendidos. Para encontrar solistas femeninas hay que descender más. Esto también ocurre en la lista de los singles más vendidos en España durante el 2009.
Los análisis feministas han ido desmontando los diferentes clichés asociados a las mujeres. El binomio hombre-mujer se ha cargado históricamente de significado relacionándolo con los binomios: naturaleza-sociedad, ámbito público-ámbito privado, bueno-malo, duro-blando, racional-pasional, actividad-pasividad, etc. Apuntalando estos estereotipos podemos ver algunos elementos interesantes en las carátulas de los discos seleccionados:
Lo que más me llamo la atención fue analizar como se presentaban estos artistas, que acción llevaban acabo en la imagen que presenta su disco. En el podium de honor, puestos uno, dos y tres, nos encontramos tres artistas masculinos con sendos instrumentos musicales en las manos. Esto hace referencia a su actividad profesional y en cualquier caso hace referencia a una acción que están realizando o van a realizar. En el caso femenino, ninguna de las cinco solistas analizadas porta ningún instrumento musical ni ningún otro objeto que haga referencia a su profesión. Tampoco aparecen con ningún otro tipo de objeto que simbolice o se relacione con actividad alguna.
Sobre la postura corporal de los sujetos: También los tres primeros hombres aparecen de pie. El primero bailando, el segundo andando por el campo y el tercero simplemente de pie. Los dos siguientes están quietos: primer plano de Bisbal con gesto “pensativo”, y solo uno, el último, sentado en una cama, pero con un gesto para nada sexual ni siquiera amistoso.
Mientras, curiosamente, de las cinco mujeres solo una aparece de pie, la última (aunque también, como las demás, en actitud pasiva). Las otras cuatro están sentadas, recostadas o directamente tumbadas: Amaia Montero en la playa, Luz Casal y Rosario en dos sofás y Ainhoa Arteta contra una pared. La insinuación o incluso la incitación sexual es clara. A destacar Ainhoa Arteta, cantante de opera, que en principio es el estilo musical más serio y “respetable”, que se nos presenta aparentemente desnuda envuelta en una manta, utilizando así, como una cantante de pop comercial, su atractivo físico como reclamo.
Estos son algunos de los datos, en mi oponión interesantes, que me voy encontrando en estas series de imágenes, sin tampoco escarbar intensamente con las herramientas que nos da la teoría crítica feminista. Seguro que son muchas más las reflexiones a las que se puede llegar. En cualquier caso, me voy encontrando durante el proceso que Parte Vista, además ser un proyecto artístico, actúa en algunas ocasiones como observatorio de género, lo que hace que este satisfecha con el desarrollo del proyecto y muy motivada para continuarlo analizando otros ámbitos de la sociedad.
